Éstos vórtices guardan toda la información de nuestras experiencias de vida, ya que en ellos quedan registrados todos los eventos que nos marcaron emocionalmente. Son como un gran archivo o biblioteca donde está impresa nuestra historia y que nos permiten comprender el origen de los desequilibrios que están generando síntomas en el presente. Un desequilibrio energético puede manifestarse de muchas maneras diferentes: como un obstáculo con el que tropezamos una y otra vez o como una imposibilidad para desarrollarnos y crecer en cualquier ámbito de nuestra vida: social, profesional, económico, de pareja o de salud.
La segunda parte de la sesión es lo que llamo “curación”, y es una intervención energética a través de la cual se reestructura la energía que estaba desorganizada, se reencauzan las líneas que se encontraban por fuera del patrón armónico, se limpian las manchas, se desbloquean los canales y se reequilibran los chakras. De éste modo se ayuda a que la energía retome su curso natural, manifestándose en un cambio en las percepciones profundas del consultante y en abrir los potenciales para alcanzar la autosanación.
La tercera parte de la sesión está directamente enfocada a la autosanación. Es el momento de compartirle al consultante toda la información que arrojaron la lectura de diagnóstico y la curación y brindarle una guía para que comprenda cómo puede incidir sobre su energía para revertir los procesos que generaron el desequilibrio y qué debe hacer para mantener su sistema equilibrado previniendo la aparición de nuevos síntomas.

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